miércoles, 28 de diciembre de 2011

28

Es absurdo. No hay bromas.
No río y contengo el lloro.
No hay rabia. No grito
Y absorbo silencios
En bocanadas bajo cero.
No puedo.
No vivo. No muero.
Ni ganas de ambos.
Sostengo en el limbo
El equilibrio de lo cuerdo.
No quiero.
Mantengo el paso ligero,
Pocos se detuvieron.
Menos continúan ajenos.
Vi un gato llorar en mi regazo.
Para abandonarlo de nuevo
Al frío invierno.
Alguno miró de lejos.
Fue mi particular broma
En un veintiocho sin gracia.
De diciembre. De sueño.
No hay música en el metro.
Hoy es invierno.
Sin haber amanecido.
Al atardecer será otro
Otro inverno. Otro nuevo.
Otro momento.
Ya anocheciendo.
Danzaré en silencio
La melodía de estar atento.
A cada nota de violonchelo.
Aun mantengo el 28 en silencio.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Para un ser terrenal

Es una estrella,
Aun más duradera
un haz de ellas,
Es la luz que alumbra
el cielo de la ternura,
Una caricia a oscuras.
El suspiro antes de acostar,
no niega ser aire nunca,
tan vital y necesario al respirar,
para el otoño y la primavera
y las frías noches que acechan.
Necesario para extraerme
ahora este poema...


martes, 20 de diciembre de 2011

Libélulas de ensueño

Mientras tanto, lejos de lo lógico,
de cuando en cuando, recordando
Revolotean cerca seres mágicos
En cada estanque y abrevadero
Cristalinos que les dé sustento.
Festejan, ríen, en gozo pleno.
Bien atentos al danzar
de los caballitos del diablo,
Lindas libédulas de ensueño.
De mil colores translúcidos.
Pinceladas para los vientos,
Mecidos por suaves brisas.
Obvian inviernos helados,
Extasiados sirven otros cuerpos
Dulces frutos del placer
Veneran a dioses paganos
Son esclavos del disfrutar.
Poseen consciencias de lo ajeno
Se alimentan de lo correcto
Vierten a los incautos lujuriosos
Los brevajes para olvidarlo
Arruinando los sentimientos.
Vanalmente servidos
Yacen después incomprendidos
En el suelo las ropas,
esperan la vuelta a sus cuerpos.
Y yo: lo veo, envidio y desprecio.
No puedo conformarme con ello.
No me basta con verlo,
El revolotear de libédulas de ensueño.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Navideños deseos

Épocas de ilusión abordan nuestros días,
Añoranza de la infancia se cuela en mi tiempo,
Decora con bolas de sonrisas el árbol de mi cuerpo.
Se visten con luces de colores las cuidades atardecidas.

Sonrojas al vernos, ¿serás tú, seré yo, será culpa mía?
¿Será causa de los besos pendientes de entrega?
¿O porque se adorna con muérdagos nuestra cabeza?
Así que tras abrazarnos, bésemonos sin despedidas.

Felicítame con el duce de labios las noches de fiestas,
Regalaré a caricias mis presentes de reyes magos.
Festejemos con cava y susurros éste, y demás años,
Que vendrán más y mejores... si conmigo estás.