miércoles, 29 de mayo de 2013

Te qui...




Te qui...ero
y no me canso de decirlo.
Te quiero, te quiero,
te quiero, te quiero,
te quie, te qui, te.

Qui, qui, qui,
te qui, te quite,
te quité, te quité la,
te quité la ropa y,
te la quitaría, y
quitaré hasta el dia que me muera,

porque te qui...ero,
te que...rría,
te querré incluso
cuando muera, muera o mueras,
porque te quiero,
te quiero, te quiero qui...eto,
quietecita, que te que...rré,
te que..rría tras tus dias

Hasta más allá de los que existen,
exis...tieron, existirán,
existiesen, inclusive,
tiraría mis días a tu recuerdo
como tiro y arrojo
cada dia, mi ser a la rutina,
la misma que comienza
y finaliza con lo mismo,
QUE TE...QUERERTE.

Vivan pues las rutinas,
los mismos días a días,
esos que generan mis poesías de decir:
te que...te qui...

Tomo asiento y procedo...



Tomo asiento y procedo a un acomodo propio de tal trono. Disfruto de el arropo de tal majestuoso asiento de metro. Sí, transporte público, quizá el único empuje a la escritura que funciona conmigo. No es que fuera no lo pueda, mas los vierto con descuido cuando soplan los vientos y así evitar llevarlos a cuestas, porque costar, no cuesta dejarlos acostados, extraviados, en noches de Madrid en cada esquina, o mirada furtiva, o falda bonita. Lo reconozco, regalo expresados con decoro los halagos, sean al amor que acompaña mis días o quiénes parece que lo necesitan.

Desabrochando la camisa que cubre el día de hoy, desarropo el poco abrigo de vergüenza que se tiene desvistiendo la treintena. Porque es cierto que hoy ya no es urgente, urgente es que el día de hoy no de pie a inseguridad a partir de las cercanas tres decenas. Algo que deseo permitirme en breves meses.
Controlando la oscura nube que cubría con dañina espesura mi escritura, discurro a un nuevo discurso para pintar de primavera mis cercanos próximos poemas.

Hasta la cercana poética próxima entrada!