jueves, 31 de diciembre de 2015

Ella

Ella. Por ser, era mil cosas y una sola a su vez.
Por sí sola, era toda grandeza, sin más.
Mas, una sonrisa suya era agua que beber.
Ella y sus ojos de cielo azul reflejando mar...

Era la poesía en carne viva.
Es el poema que jamás se recitaría
Era lectora y compositora compulsiva
Y ella ni tan siquiera lo sabía.

Era oído, voz, pluma y papel de cada verso
Cada vez que podía rogaba a la voz de:
-"Niño, anda leeme lo que hayas escrito"-
Anhelaba leer y escuchar el uni-verso.

Era agua en donde bracear
Ella será siempre mi medalla de oro.
Ha sido mi mayor orgullo y logro.
Y recordaré siempre su poema favorito:

De la joven cristiana y el moro piadoso.
Historias de amor de épocas pasadas
Historias bajo cielos más azules que el de hoy
De azul inimaginable, como su mejor blusón.

Todas las alhajas y bienes, por verme nadar
Todos lo metales ganados,
Sólo por poder sostener su mano
Antes de partir al más allá.