lunes, 19 de mayo de 2014

Nada tan hueco

Directo al destino diario
En el mismo tren, todos secos,
Todos gritando silencio matutino
Repleto de gestos serios,
Simples ojos huecos...

Se pierde el tiempo del trayecto
En Cuidar los movimientos
Con normas de comportamiento
No me salgo de mi espacio, de mi hueco,
No tiento a mi intelecto.

Conservo locas ideas
Ocupan mis pensamientos
Recuerdos y anhelos
Pesados y lentos
Me quedo sólo, en el asiento.

Pasa el tiempo, no pasa nada
Con poco, me voy durmiendo,
Suelto muy lento, un suspiro,
Se escapa sin más mi aliento.

Nada es más hueco
Que el bullicio del silencio
Del vagón, del tren repleto de un metro.
En cualquier hueca estación,
Nada es más hueco.

Nada más lleno que la última parada
Solo yo y el señor durmiendo.
Aquel del discurso pleno
Aquel que di algo de dinero.

Nada más lleno, más hueco
Nada más, silencio, silencio.
Apuro a ser el último,
Mi acompañante ya marchó.

Y yo renuncio al abandono
De lo lleno y ahueco el día
Y este vagón antes repleto,
Repleto ahora de nuevo. De silencio.

Nada tan lleno, nada tan hueco.

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